Cuando era pequeña y viajábamos toooda la familia en el mismo coche,
(cinco niños, dos adultos, una anciana y un periquito),
el maletero y la baca a reventar, y parando cada treinta kilómetros para pis, mareo, agua, más pis, ya no paro, cuánto falta, yo también quiero parar... y sin aire acondicionado...
...la primera palmera que veiamos era como un milagro:
Estábamos cerca del mar, por fin.
El MAR:
Tooodo el año esperando para ver a los amiguitos de la playa, para ponerte el bañador, para sacar otra vez la pala y el rastrillo; para hacer castillos grandes con el cubo,
y pequeños con el vaso del yogur.
Cuando el mar se ponía temperamental y no podíamos bañarnos, nos bastaba con mirarlo y disfrutar coloreando, recortando los periódicos, haciendo pulseras con hilos y sopa de estrellas...
Esto se lo he hecho a mi amiga Pilar a la que solo veo en verano.
Ella se lleva el ganchillo a la playa.
Yo llevo mi costurero a todas partes,
tan a gusto,
hasta que la luz me dice que es hora de cenar.
Ayssss, que raticos más buenos .
Besitos a todos.
Que lo paseis bien.