viernes, 19 de julio de 2013

Con el costurero a cuestas

Cuando era pequeña y viajábamos toooda la familia en el mismo coche,
 (cinco niños, dos adultos, una anciana y un periquito),
 el maletero y la baca a reventar,  y parando cada treinta kilómetros para pis, mareo, agua,   más pis, ya no paro, cuánto falta, yo también quiero parar... y sin aire acondicionado...



...la primera palmera que veiamos era como un milagro: 
Estábamos cerca del mar, por fin.




El MAR:
   Tooodo el año esperando para ver a los amiguitos de la playa,  para ponerte el bañador,   para sacar otra vez  la pala y el rastrillo; para hacer castillos grandes con el cubo,
 y pequeños con el vaso del yogur.



 Cuando el mar se ponía temperamental y no podíamos bañarnos, nos bastaba con mirarlo y disfrutar coloreando, recortando los periódicos, haciendo pulseras con hilos y sopa de estrellas...



Esto se lo he hecho a  mi amiga Pilar a la que solo veo en verano.
Ella se lleva el ganchillo a la playa.
 

 Yo llevo mi costurero a todas partes,
 tan a gusto,
 hasta que la luz me dice que es hora de cenar. 
Ayssss, que raticos más buenos .
Besitos a todos.
 Que lo paseis bien.






No hay comentarios: